La rehabilitación sostenible de edificios forma parte del futuro de las sociedades modernas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que en los países desarrollados pasamos cerca del 90% del tiempo en el interior de los edificios. Por eso, resulta imprescindible su adaptación para mejorar las condiciones de vida de los moradores y usuarios de las construcciones.

Una sociedad con nuevas necesidades
La mejora en las condiciones de vida de muchas sociedades modernas gracias a los avances médicos y las salubridad de las grandes poblaciones ha hecho que la esperanza de vida aumente. De ahí que cada vez tengamos sociedades más envejecidas. Por otro lado, la pandemia ha hecho que surjan nuevos modelos de trabajo y que pasemos mucho más tiempo dentro de los edificios. Todos estos cambios a nivel social, van a reflejarse también a nivel constructivo.

Y es que, según Julián Salcedo, Presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios «el envejecimiento de la población obliga a adaptar las viviendas, pero también otro tipo de edificios». El objetivo sigue siendo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos porque, continua el experto inmobiliario, «nuestras casas se han convertido en espacios polivalentes, en los que no solo vivimos y descansamos sino en los que también trabajamos».

Así pues, las políticas de rehabilitación sostenible que diseñan los gobiernos deben tomar un papel predominante en los próximos años para acompañar a la sociedad en su evolución. Debe ser, a juicio de Salcedo «un plan a largo plazo no algo puntual» ya que según apunta el experto, «la rehabilitación de edificios debe enfocarse desde una triple perspectiva, la económica, la social y la ambiental».

Retos de futuro para la rehabilitación sostenible
La situación actual en España es que el 75% del parque inmobiliario es ineficiente energéticamente. Una de las razones para ello es que el 35% de los edificios tiene más de 50 años. Si aterrizamos los datos a escala local, vemos que en Madrid en el periodo de 2017 a 2019 se rehabilitaron energéticamente solamente 1.160 viviendas al año. Sin embargo, el objetivo es mucho más ambicioso. El plan contempla elevar el número de rehabilitaciones energéticas hasta las 20.400 viviendas por año en 2030.

La clave para conseguir fomentar la rehabilitación energética de edificios en España, es según afirma la especialista en urbanismo y rehabilitación del consistorio madrileño «conseguir la confianza de los ciudadanos en las administraciones». Pero también «mejorar la gestión», explica Calzas en referencia al aprovechamiento de los fondos europeos para este cometido.

¿Qué cambios se deben hacer?
En el entorno residencial lo más importante se centra en mejorar la eficiencia energética de nuestro hogar. De esta forma, deberemos enfocar nuestros esfuerzos hacia la mejora de la climatización. Así conseguiremos optimizar el confort de la temperatura en el interior. Un estudio del Instituto Eduardo Torroja arrojó que el 26% de los hogares españoles declaró que pasaba frío. Otro 33% cambiaría la temperatura de su casa.

Y es que históricamente se ha hablado de establecer la temperatura óptima del hogar en 21 grados. Todo el año. Esto se consigue a través de varias herramientas. La primera, la instalación de un termostato que nos ayude a regular la temperatura interior, pero también asegurándonos de que no tememos fugas en el aislamiento de la vivienda. Así puertas y ventanas se convierten en los actores principales. Unas sustituciones de las ventanas por aquellas de PVC pueden mejorar tanto la acústica como el confort ambiental de la vivienda reforzando el ahorro energético.