Seguro que muchas casas de las revistas e incluso habitaciones de hoteles donde te hayas alojado son especiales y modernas, pero les falta ese toque de calidez que define tu personalidad.
Sea por un detalle, un objeto, las luces o bien la diversidad de colorido, convertir tu casa en un lugar cálido aporta diferencia y nos da bienestar. Te damos algunas claves para conseguirlo a través de la decoración.

¿Con qué colores decoramos?

Siempre se ha pensado que los colores claros dan más calidez, pero lo cierto es que podemos conseguir espacios acogedores también con tonos tierra o grises. Se trata de saber mezclarlos. Es decir, el blanco con el negro suma, pues es una combinación perfecta para comedores o baños, mientras que los beiges y los grises pueden mezclarse con azules y verdes en paredes y muebles.

Para dar algo de alegría y que los espacios no sean tan sobrios, siempre podemos introducir estampados en accesorios (de topos, geométricos…), pero sin pasarnos, sino quedará algo exagerado y no obtendremos la calidez que deseamos. En todo caso, nuestra personalidad debe estar presente también en los colores que utilicemos en los tejidos de sofás, cortinas o alfombras.

La luz adecuada

Una de las maneras de dar sensación de confort a nuestro hogar es acertando con la luz adecuada para cada espacio. Las luces Led pueden dar esa calidez ansiada porque permiten regularse, aportar tonos de colores distintos y además ahorramos energía. La luz natural juega un papel importante. Lejos de tapar las ventanas con estores o muchas cortinas, debemos dejar que la luz natural entre en nuestra casa, pues ilumina espacios que pueden parecer cerrados y opacos, y nos permite vivir con mucha más alegría.

Decorar con flores y plantas, la clave

La naturaleza es siempre bienvenida. Si tenemos un pequeño jardín y un huerto, estamos de suerte, porque podemos experimentar nuevas sensaciones cultivando nuestros propios frutos. Ello aporta un hogar cálido y con personalidad. Pero si no es posible, basta con decorar cada zona con flores y plantas distintas.

Un estudio de la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, demostró que las personas que tenían plantas verdes en sus oficinas trabajan más felices. ¿Por qué no aplicarlo en casa para obtener bienestar? Las plantas depuran el aire de casa, reducen el estrés, ayudan a respirar mejor, mejoran nuestro ánimo y son preciosas.

La calidez de la madera

Hace algunos años que se impone un tipo de decoración nórdica, en la que la madera está muy presente. Es una decoración que intenta convertir las casas en espacios de relax. Y la madera nos da esa sensación de paz, calma y calidez que todos necesitamos tras un día ajetreado en el que lo único que pensamos es en refugiarnos en un paraíso; nuestra casa.

Así, la madera puede estar en el suelo, en muebles, en paredes…. y ser de distintos tonos creando una atmósfera siempre rústica y de casa de campo para desconectar, no solamente en fin de semana sino a diario.

Objetos decorativos muy personales

Decorar con objetos sencillos, pero que dicen mucho de nuestra vida (fotografías de viaje, cuadros hechos por nosotros, jarrones de un color especial, corazones o frases de motivación) evocan un bonito recuerdo que se mantiene vivo. A veces son objetos que no cumplen ninguna función en especial pero son bellos y aportan nuestra personalidad al hogar.

Las alfombras, por ejemplo, dan calidez, sobre todo cuando los suelos son de cerámica. Mientras que los cojines, las fundas de sofá, las mantas o tejidos calentitos también aportan luz y color a espacios que necesitan ser vestidos de otra manera.

Aires vintage

Busca en tu pasado y seguro que encuentras una silla única de los 60, una mesa auxiliar de un color llamativo que destaca, un balancín algo estropeado que podemos restaurar, cajas metálicas llenas de cosas que ahora sirven para decorar o discos de vinilo que no funcionan reciclados como platos, bandejas y decorando la pared.